martes, octubre 31, 2006

Sí, es cierto, parece una de esas...

-"Sí, es cierto, parece una de esas..." exclamó Ángel el filósofo mientras recorría con su mirada el cuerpo incitante de aquella señorita que acentuaba las formas de sus atributos sexuales con unas prendas ceñidas y llamativas.
-"Realmente ese es el vulgar y triste fin de muchas mujeres en la vida; causar la confusión y la inquietud sexual en los varones, así como desatar la envidia en el resto de las féminas mediante la supuesta integridad de su imagen" -espetó a continuación Ángel a su interlocutor, Javier, mientras apuraba un vaso de agua con mucho hielo.
Los dos cafés, antaño humeantes, lucían ya sendos posos que hacían adivinar el inicio de una conversación interesante y de unos minutos de observación desde la terracilla del bar hacia las hembras entrantes y salientes del campo de visión de aquellos experimentados machos.
Javier no se quedó corto y quiso añadir: "La verdad es que ellas tienen su propia escala de valores y el reconocimiento del que hacen gala entre las mismas es un poco cruel".
-"Yo también creo eso", añadió Ángel. -"Sus feos logros en esta vida no superan el estar permanente bellas y el lograr la captación de un hombre atractivo y buen proveedor para sus hijos".
Entretanto fémina había tomado asiento en la mesa colindante y ya se disponía a cruzar sus piernas provocativamente, aparentemente ajena y abstraída de su entorno. El sol ya se retiraba cobre las copas de los árboles del parque y la luz anaranjada y tumbada daba a su pelo un brillo cobrizo que la hacía aún más misteriosa y atrayente...
-"Ojalá sus aspectos fuesen correlativos con su espíritu interno"

Javier Nogales